¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de tus mejores intenciones de comer sano y hacer ejercicio, la báscula parece no ceder? A menudo, la respuesta no reside únicamente en lo que comes o en la intensidad de tu entrenamiento, sino en un terreno mucho más complejo y profundo: tus emociones . Los factores emocionales juegan un papel significativo, y a menudo subestimado, en el aumento de peso. Entender esta conexión es el primer paso para cultivar una relación más sana con la comida y con uno mismo. El estrés: Un enemigo silencioso En el mundo actual, el estrés es una constante. Ya sea por presiones laborales, problemas personales o la incertidumbre diaria, nuestro cuerpo reacciona liberando hormonas como el cortisol. Esta hormona, conocida como la "hormona del estrés", no solo nos prepara para "luchar o huir", sino que también puede aumentar el apetito, especialmente por alimentos ricos en grasas y azúcares. Además, el cortisol favorece el almacenamiento ...
M.S. Tatiana Fait Shaw